
Muchas felicidades. Una vez más es Navidad y nos hemos reunido en casa, como ya os dije en otra entrada. Ha sido un trajín enorme, pero el resultado bastante bueno. Peso unos 3 o 4 kilos más que esta mañana temprano, pero ahora quedan por delante unos días para relajarnos y comer de forma más normal. A todos les ha encantado cómo ha quedado la casa después de las obras, y es que ha merecido la pena, ¡está tan mono todo! Me he reído mucho con mi Piti y mi cuñita, que se querían llevar de recuerdo algunas cosas, como mis tazas o los adornos que había puesto en la mesa (al final se los he regalado a Piti).
Lo mejor, estar con todos, sanos, cada cual con sus cosas, sin las cuales no seríamos los mismos, ¿verdad? Por una vez no hemos brindado con champán, y además me quedo con las luces de mi coche arreglás. Gracias Pitu.
Y a todos, felicidad para estos días y para todos los demás. La Navidad tiene magia, sólo hay que dejarla entrar y disfrutarla.
Besos muy cariñosos, gorditos y dulces para todos.
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