jueves, 17 de julio de 2008

África

Hoy he pasado gran parte del día con César y Antonio Herrera (Papi), dos grandes personas, misioneros ambos, enamorados de África hasta tal punto que esa tierra y su gente se convirtieron hace años en el hilo conductor de sus vidas. Les quiero y les admiro profundamente. Hoy ha sido un baño total de historias africanas, ¡¡he recordado tantas cosas que descansan en mi corazón!! Esas historias han sido de todos los colores, historias de negros, de blancos, historias tristes, de amigos que han muerto, historias hilarantes, historias de fe auténtica de los africanos en Costa de Marfil, historias de miedo... Qué bien me he sentido escuchándoles, pasaba de la risa a la sorpresa, pasando por la emoción contenida y por la ternura más auténtica.
Hemos terminado tomando un té en casa, y cuando Papi ha visto el ascensor, con llave, se me ha quedado mirando sorprendido, y me ha dicho "¿Un ascensor con llave?". Le he explicado que en una junta de vecinos hace años votamos si poner o no ascensor, salió por mayoría que sí, pero había vecinos que no estaban de acuerdo o no lo podían pagar por ser pensionistas. En principio, si hay mayoría, la minoría tiene que asumir también el coste del ascensor (por ley), pero aquí decidimos que si no querían no les íbamos a obligar, sólo los que votamos a favor lo pagaríamos, pero a cambio pondríamos una llave. Yo pensaba hasta hoy que habíamos sido bastante generosos con los pensionistas y/o parados del bloque por el hecho de no obligarles a pagarlo entre todos, pero cuando Papi terminó de escuchar mi explicación me dijo: "O sea, que habéis puesto una llave y los abuelos pensionistas no lo pueden disfrutar... ¡Qué mal estáis en Europa!"
Lo que yo os diga, estos dos son seres extraordinarios. Me siento realmente afortunada de conocerles y quererles tanto.

1 comentario:

tigress dijo...

Ahí te quiero ver carnes mías! Con lo grande que es África para ti y todo lo que significa y todo lo que has vivido y todo lo que has aprendido y todo lo que has sentido... ¿me puedes explicar cómo por un ser tan despreciable y tan insignificante puedes estar triste?
Fuera malos pensamientos, fuera malos rollos, fuera pesimismo y dale la bienvenida al buen rollo, a la alta autoestima, al agradecimiento y al sentirte afortunada no ya por lo que tienes que es mucho, sino por lo que eres, que es más todavía.
Te quiero wapa. Muá.