domingo, 20 de febrero de 2011

Cómo practicar natación y no aburrirse en el intento

Hola amiwitoss,
A mi Piti, que es tan piti ella pa tó, le hace mucha gracia cuando le digo que cuando voy a la piscina lo peto, pero cuando le dije el número de largos que hago, tuvo que estar de acuerdo conmigo. Pero claro, su siguiente pregunta fue que si los contaba, y la verdad es que sí, los cuento, porque si no se me hace eterna la hora.
Y lo mejor es lo que he descubierto las últimas semanas: empiezo contando, y de cada número intento recordar algo que me marcara cuando tenía la edad correspondiente a dicho número. Lógicamente, con el uno, el dos y el tres tengo que recurrir a las fotos que tiene mi madre de esa época, pero a partir del cuatro, ya tengo recuerdos y es bastante entretenido. Así recordé con cuatro años, cuando mi padre volvió de Canarias y fuimos a recogerlo al aeropuerto. Lo cierto es que recuerdo ese día perfectamente, desde que mi madre que estaba duchando hasta lo que comimos. He pasado revista a mis años en el colegio, a mis compañeros de clase, a mis profesores (de los que me sorprende recordar el nombre de muy pocos), he recordado acontecimientos importantes (como cuando me operé o cuando me dieron la Erasmus o cuando me compré el piso), he repasado mis años en el trabajo... En fin, que estoy la mar de distraída. Pero claro, cuando llego a 37 largos ya me desconcentro un poco, porque no tengo nada que recordar, y entonces pienso en canciones y me acuerdo de mi Piti, que cuando ganó su medalla en la piscina me dijo que iba pensando en una canción de los Beatles y que no sabía en qué puesto iba, jaja.
Lo mejor de todo es que ella siempre ha estado a mi lado, así que salgo de la pisci siempre sonriendo, pensando que un día de estos voy a empezar a pensar en las anécdotas que me han pasado con la tigressita y al final me voy a ahogar de la risa. Y morir de risa, la verdad, prefiero entenderlo en sentido figurado, tú sabes.

domingo, 13 de febrero de 2011

San Valentín

Hola amiwitoss!!
Que sí, que ya llega San Valentín y el día de los enamorados, que ya nos hemos enterado. Os digo desde ya que no me pienso poner nada rojo mañana, ni el niño cactus y yo nos vamos a hacer regalos, porque, la verdad, vivimos en un san valen (así, con confianza) diario. Pero yo quiero romper una lanza a favor de los que mañana no tengan un niño cactus en su vida. ¿Es que nadie se da cuenta de lo triste que uno se puede llegar a poner? Lo digo por los muchos años en que me he sentido un bicho raro al no tener nada especial que hacer ese día. Yo mañana iré a currar mientras Jose se queda en casa recibiendo al fontanero, (si alguien conoce algo más romántico que eso... jajaja) luego vendré, comeremos rápido y nos iremos a petarlo a la pisci. Después, Jose a estudiar y yo a leer y por último cenaremos algo rico, hemos pensado que unas gambas, porque claro, con el tema de mi anemia permanente ya me dijo el médico hace muchos años que tenía que comer marisco y chocolate negro. La única pena es que no me quiso dar una receta y mi madre no se lo creyó... Así que si alguien se quiere unir a nuestra mini celebración, welcome! Wilkommen!, Bienvenu! Porque el amor, cuando uno lo siente, lo quiere compartir.