
Sí amiwitos, así veo hoy al género masculino. Unos, auténticos angelitos y otros, unos satanasesss de lo peorcito del infierno. Weno, lo mismo toi exagerando un pelín, pero es que el prota de la entrada anterior me la ha jugado hoy bien, el muy peaso de to lo malo que se os ocurra. Vamos, que aún me estoy recuperando del megacabreo de esta mañana.
De todas formas, en un estado normal, sin cabreos de por medio, pienso lo mismo. Dicen que las mujeres somos más complicadas, no lo voy a discutir, pero los mushashos también tienen lo suyo.
Porque a ver, ¿a quién no le ha pasado que después de jartarte de ponerte guapa, el chico que te gusta ni siquiera se fije en que llevas taconasso a juego con el bolso, el último grito en moda y que vas perfectamente depilada y suave? O que si te has llevado tres horas en la pelu, cuando te ve tu chico te dice algo así como "te noto rara, ¿te has hecho algo?". Por no hablar de cuando estás conociendo a alguien, y a la segunda cita, y sin que tú hagas nada que le induzca a pensarlo, te suelte algo como que "se está agobiando y que no quiere nada serio". Vamos, como si te hubieras presentado a tomar café con el traje de novia puesto.
Menos mal que también están los ángeles del cielo, que con una mirada cariñosa hacen que se te olvide el mal humor, los chicos de nuestra vida (no sólo nuestras parejas). Ellos te hacen reir con sus bromas, te escuchan cuando estás un poco de bajona, te piropean justo cuando más lo necesitas, y son tan estupendos que los satanasesss se esfuman como por arte de magia. Gracias a mis chicos angelitos: Jose, César, Juanlu, Don Fran, papá, pitu y alguno que otro más.